¿Cuáles son los principios de nuestra
Constitución Política?
Ha llegado el momento de abrir nuestra Constitución y estudiar en detalle cada
una de sus palabras. Para decirlo de manera simbólica, nuestra Constitución es
ahora un reloj de cuerda y nosotros somos los relojeros a quienes se nos ha confiado
la misión de explicar cómo funciona. Para esto, vamos a abrir el reloj, examinar
cada una de sus piezas y analizar la manera en que estas piezas se engranan
para que el mecanismo funcione.
Porque con la Constitución pasa lo mismo que con un reloj. Está compuesta por
una serie de “piezas” que cuando se mueven de manera coordinada ponen a funcionar
nuestro “sistema político”, contribuyendo a que nuestra
sociedad funcione de manera ordenada y a que los ciudadanos
alcancemos una serie de fines que hemos considerado
valiosos.
Si ya has tenido la oportunidad de abrir la Constitución
y darle una ojeada, es posible que en este momento
estés pensando que cualquier reloj, por complejo que sea,
tiene muchas menos “piezas” que la Constitución y es,
por lo tanto, mucho más fácil de analizar y comprender.
Y en parte tienes razón. Nuestra Constitución cuenta
con 380 artículos y 40.796 palabras, así que, en principio,
nos podríamos gastar varios años en llegar a comprender
el sentido y la utilidad de cada uno de sus componentes.
Pero no es cosa de preocuparnos. Muchas de
las piezas de nuestra Constitución tienen un carácter
bastante técnico, y por el momento sólo nos dedicaremos
a comprender sus funcionamientos más elementales.
Es decir, el propósito de este texto es que entendamos
los rasgos generales de nuestra Constitución para
que estemos en capacidad de ejercer responsablemente
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nuestra ciudadanía, asumiendo las responsabilidades que nos genera y disfrutando
los privilegios que ésta misma nos ofrece.
Volvamos a nuestros relojes de cuerda. Posiblemente, si alguna vez has intentado
desarmar uno, habrás visto que en su interior hay una serie de ruedas pequeñas
o internas que le dan movimiento a otras ruedas más grandes o externas y que
son indispensables para que todo el mecanismo funcione. Así, al tiempo que es
posible intercambiar las ruedas externas por otras diferentes sin que el mecanismo
deje de funcionar, el reloj dejará de servir si le suprimimos sus ruedas internas o
tratamos de cambiarlas por otras diferentes.
Algo parecido sucede con las normas de nuestra Constitución. Existen unas
ruedas internas que le dan movimiento a todo el sistema y que reciben el nombre
de principios constitucionales. Tales ruedas son los fundamentos teóricos y políticos
básicos que le dan sustento a las demás normas constitucionales. Si las suprimimos
o las cambiamos por otras diferentes, entonces las otras normas -que equivalen
a las ruedas externas de nuestro reloj- perderían su sentido y el sistema político
dejaría de funcionar.
En la unidad que se encuentra a continuación estudiaremos esas “piezas peque-
ñas” de nuestra Constitución, que aunque llamamos “pequeñas” son en realidad
las más importantes y las primeras que crearon nuestros representantes en la Asamblea
Constituyente. En ellas están trazados los fines y los ideales que nos hemos
fijado los colombianos para el buen funcionamiento de nuestra sociedad. Las demás
normas -que estudiaremos en las demás unidades de este libro- son las “piezas
grandes” de nuestro sistema, y son la derivación de las normas fundamentales
que acá conoceremos.
Cuando los y las constituyentes empezaron a dialogar en torno a los contenidos
que debería tener nuestra Constitución, lo primero que tuvieron que hacer fue
establecer un acuerdo sobre las cosas más fundamentales, que respondieran a preguntas
como: ¿Qué queremos ser los colombianos?, ¿Qué tipo de Estado deseamos
tener y por qué?, ¿Cómo nos gustaría que funcionara nuestra sociedad?, y otras
cuantas por el estilo. Así, a medida que se fueron respondiendo estas preguntas se
establecieron los principios orientadores de nuestro sistema político. Los y las constituyentes
acordaron que todos los colombianos éramos personas dignas de respeto,
que el Estado debería garantizar nuestra libertad y promover nuestra igualdad
y que nuestra sociedad funcionaría mejor si cada uno de nosotros fuera libre para
hacer las cosas que más le gustaran y para participar en la toma de aquellas decisiones
que pudieran afectarle.
Este tipo de acuerdos dieron origen a nuestros principios constitucionales. En
esta unidad estudiaremos algunos de ellos, a saber: el reconocimiento de la dignidad
humana, el Estado social de derecho, el pluralismo, la democracia (en la que
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incluiremos los principios de participación, representación y soberanía popular), y
la preservación del patrimonio cultural y natural.
El propósito de la unidad es que discutamos y comprendamos los acuerdos fundamentales
que se hallan en nuestra Constitución, para que podamos ver hacia
dónde deben dirigirse todas las demás normas de nuestro sistema y hacia dónde se
deben orientar nuestras acciones y las de nuestros representantes en el gobierno.
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